TRADICIÓN QUESERA
Cuatro generaciones de Queseros avalan nuestra trayectoria
LOS COMIENZOS
Allá por el año 1920 en Carbajo, un pequeño pueblo de la provincia de Cáceres y a escasos kilómetros de la orilla izquierda del Tajo Internacional, “el abuelo Santos”, fundador original y bisabuelo de los actuales gerentes, adquiría los quesos recién elaborados en las “Majadas” de los pastores de la zona. Los maduraba en bodegas naturales, y una vez oreados, cepillados y tratados con especias naturales, los comercializaba por toda la comarca.
LA ELABORACIÓN
Aquellos quesos madurados por “el abuelo Santos”, estaban elaborados a mano con leches crudas de cabras y ovejas de la zona. El proceso comenzaba con el ordeño de la leche a la que se le añadía el cuajo animal que se obtenía del estómago de los cabritos, una vez cuajada la leche se cortaba para separar el suero de la cuajada y hacer pequeños granos de masa y llenar los cinchos de esparto que sujetarían y darían a la masa la forma del queso, siendo presionados con las manos de los pastores hasta conseguir una masa más compacta. Entonces se rociarían unos granos de sal en el queso y se dejaba reposar sobre tablones de madera.
LA MADURACIÓN
Es en ese momento donde “el abuelo Santos”, recorría las “majadas” de la zona en mulos y burros, para seleccionar los mejores quesos y empezar con la maduración artesanal. Un lento proceso que consistía en voltear a mano los quesos durante 1 o 2 meses, a los cuales se les aplicaba capas de aceite de oliva, manteca de cerdo y pimentón de la vera. Para posteriormente venderlos a los lugareños y a los mismos postores a los que se les había recogido el queso
LA EXPERIENCIA
En la década de los 60, el hijo y el nieto de “el abuelo Santos”, Juan Morán y Francisco Morán, continuaron con el legado quesero que se les había sido transmitido. Compraron su primer vehículo para realizar mercados semanales y así vender y hacer llegar esos quesos artesanos a los distintos pueblos de alrededor. A mediados de los 70, Juan Morán y su hijo Francisco, dieron otro paso hacia delante instalando un secadero y una cámara frigorífica donde conservar y guardar esos quesos artesanos recogidos en las “majadas”, consiguiendo así una variedad más amplia de quesos diferenciados principalmente por su tiempo de curación.
LA RENOVACIÓN
Ya en el año 2000, tras un duro proceso de renovación para cumplir con las exigencias sanitarias, Francisco Morán junto a sus hijos, inaugura sus nuevas instalaciones en las que sigue aplicando los conocimientos adquiridos de su abuelo y de su padre. En estas nuevas industrias, QUESOS FRANCISCO MORÁN E HIJOS reproduce en todo lo posible las condiciones de esa bodega, donde “el abuelo Santos” curaba con tanto afán sus quesos artesanos. Controlando ahora todas las etapas de transformación del queso, desde la elaboración, las condiciones de temperatura y humedad, hasta el embalaje y el tipo de envoltorio adecuado para la conservación del queso.
EN LA ACTUALIDAD
Hoy día y debido a las exigencias del mercado, QUESOS FRANCISCO MORÁN E HIJOS cuenta con unas modernas instalaciones de más de 2000m2 en la que maduran una amplia gama de quesos, que lleva desde el queso de cabra (en sus diferentes clases), pasando por diferentes tipos de quesos de mezcla, hasta el queso de oveja de la más alta curación. Siendo nuestros quesos reconocidos en toda España por su excelente calidad y prueba de ello son los galardones obtenidos a lo largo de los años. Destacando varios premios en la Feria Nacional del Queso de Trujillo y diversos premios mundiales en el concurso más prestigioso del mundo del queso “World Cheese Awards”.
Nuestras instalaciones